Cuando se habla de Andalucía, la imaginación suele evocar las interminables playas de la Costa del Sol. Sin embargo, los verdaderos tesoros de esta región permanecen ocultos a la vista de la mayoría, lejos del bullicio costero, en el corazón de las sierras. Es precisamente allí, en el municipio de Villanueva del Rosario, donde se encuentra uno de los senderos más impresionantes, capaz de ofrecer una experiencia completamente nueva incluso para el viajero más experimentado.
Se trata de la ruta de las “Pilas del Señorito”, un recorrido circular de casi siete kilómetros que serpentea por las laderas de la Sierra de Camarolos. Este sendero no es para paseos tranquilos, pero tampoco requiere experiencia en alpinismo. El desnivel es de unos 450 metros, y el punto más alto alcanza los 1.403 metros sobre el nivel del mar, lo que lo hace accesible para personas en buena forma física. De media, recorrerlo lleva unas tres horas: tres horas de inmersión total en la naturaleza salvaje. Desde el sendero se pueden disfrutar de vistas espectaculares al pico Chamizo, una de las cumbres más destacadas de la comarca, así como a lugares emblemáticos como Tres Mojones, El Pelao y Los Jardines, cada uno aportando un matiz único al viaje.
La aventura comienza cerca de la Fuente de la Sarsa, donde un camino de tierra rodeado de pinos guía a los viajeros hacia arriba. Poco a poco, se llega a la zona de Ondonero, donde un manantial brota de la tierra, formando una pequeña laguna: un oasis de frescura y vida. Más adelante, la ruta atraviesa el desfiladero de Tres Mojones, punto geográfico donde confluyen los límites de tres municipios: Villanueva del Rosario, Colmenar y Alfarnate. A medida que se asciende, el paisaje cambia radicalmente. Los pinares dan paso a sorprendentes formaciones kársticas. Zonas cubiertas de lapiaz —crestas afiladas de caliza— exigen atención y precaución al caminante, pero la recompensa es grande. Desde aquí, desde las alturas, se puede apreciar el majestuoso relieve de la provincia e incluso las huellas del antiguo deslizamiento de tierra de Riogordo.
La parte final del recorrido consiste en un descenso por el cañón de Canuto-Picebre y la garganta de Cañada del Sao. Aquí, el viajero vuelve a encontrarse a la sombra de un pinar plantado para la regeneración del ecosistema. Precisamente en este tramo se encuentra el lugar que da nombre a toda la ruta: “Pilas del Señorito”. Son grandes abrevaderos de piedra que, hace muchos años, se utilizaban para almacenar agua para el ganado. Estas sencillas construcciones son testigos mudos de la historia de la zona, un recordatorio de los tiempos en que por estas laderas solo transitaban pastores con sus rebaños. El regreso al punto de partida cierra el círculo, dejando en la memoria un caleidoscopio de impresiones. Para que la excursión sea segura y cómoda, es recomendable abstenerse de realizarla en días lluviosos o con niebla, ya que la superficie rocosa se vuelve resbaladiza. Un calzado adecuado, ropa de abrigo y un dispositivo de navegación con la ruta descargada serán sus mejores compañeros en este inolvidable viaje por uno de los itinerarios más completos e interesantes de la región.
