
Particularidades del alquiler temporal: lo que debes saber
En España, recientemente han entrado en vigor nuevas disposiciones que regulan el alquiler de corta duración de viviendas. Ahora, la firma de un contrato temporal solo es posible si existe una razón justificada que acredite la necesidad de residir por un periodo limitado. Por ejemplo, si el propietario ofrece el piso en alquiler de septiembre a junio, esto solo se permite cuando concurren circunstancias objetivas, como estudios o trabajo, que requieran una estancia temporal.
Cuándo se considera legal la limitación del plazo de alquiler
Según la legislación vigente, el contrato de alquiler temporal puede celebrarse cuando el inquilino realmente necesita la vivienda por un periodo determinado. Por ejemplo, para un estudiante que viene por el curso académico o un trabajador desplazado por motivos profesionales. Si, en cambio, el propietario quiere alquilar solo durante el año académico para destinar la vivienda al alquiler turístico en verano, esta práctica no cumple con los requisitos legales. En tal caso, el contrato puede considerarse indefinido y el inquilino obtiene el derecho a prorrogar la estancia hasta el plazo mínimo establecido para el arrendamiento de larga duración.
Cuestiones legales: cómo distinguir un contrato temporal de uno permanente
La Ley de Arrendamientos Urbanos (Ley de Arrendamientos Urbanos, LAU) establece claramente la diferencia entre alquiler temporal y alquiler de larga duración. Si el contrato se firma sin una causa real y justificada de carácter temporal y el inquilino continúa viviendo en la vivienda, dicho alquiler puede considerarse permanente. En este caso, el inquilino tiene derecho a permanecer en la vivienda hasta cinco años si el propietario es una persona física, o hasta siete años si la vivienda pertenece a una persona jurídica. El propietario no podrá rescindir el contrato antes de tiempo sin causas justificadas.
Duración y prórroga de los contratos temporales
A diferencia del arrendamiento de larga duración, los contratos temporales no tienen un plazo mínimo ni máximo estipulado. El periodo de residencia es acordado libremente entre las partes. Por ejemplo, si se trata de un contrato de 18 meses por motivo de trabajo o de un mes durante las vacaciones, ambas partes pueden pactar estos términos sin restricciones. Si, al finalizar el plazo, surge la necesidad de prolongar la estancia, pueden firmar un nuevo contrato o modificar las condiciones del existente.
Cuántas veces se pueden firmar contratos temporales con un mismo inquilino
La ley no impone límites al número de contratos temporales que se pueden firmar con un mismo inquilino. Sin embargo, si estos contratos se encadenan sin razones objetivas que justifiquen el carácter temporal de la estancia, el alquiler podría considerarse permanente. En ese caso, se aplicarían las normas de arrendamiento de larga duración, incluyendo el derecho del inquilino a prorrogar su residencia.






