
Cada año, el 12 de octubre se convierte en un día especial en España, donde se entrelazan significados religiosos e históricos. En Zaragoza, miles de personas se reúnen junto a la majestuosa basílica para rendir homenaje a la Virgen del Pilar, patrona de Aragón. Al mismo tiempo, el país entero recuerda la fecha en que las naves de Cristóbal Colón llegaron por primera vez a las costas del Nuevo Mundo. Esta coincidencia ha dado origen a una festividad que une a los españoles y a los pueblos de América Latina.
Según la tradición, al comienzo de la era cristiana el apóstol Santiago el Mayor predicó en las orillas del Ebro. Fue allí donde, según la leyenda, la Virgen María se le apareció de pie sobre una columna de jaspe. Este acontecimiento es considerado la primera aparición mariana en la historia del cristianismo. En el lugar del milagro se construyó primero una pequeña capilla y posteriormente un gran templo, considerado hoy uno de los principales centros de peregrinación del mundo.
Aunque la tradición eclesiástica indica el 2 de enero del año 40 como la fecha de la aparición, las celebraciones en honor a la Virgen del Pilar se realizan precisamente el 12 de octubre. Esto se debe a que ese mismo día, en 1492, Colón descubrió América, y más tarde el ayuntamiento de Zaragoza eligió esta fecha para la festividad. Posteriormente, el papa Clemente XII oficializó este día como especial para honrar a la Virgen del Pilar.
La veneración a la Virgen del Pilar se extendió con el tiempo mucho más allá de Aragón. Durante la labor misionera en América, los sacerdotes españoles llevaron consigo esta imagen, que se convirtió en símbolo de fe y de vínculo cultural entre España y los nuevos territorios. A mediados del siglo XX, el papa Pío XII la declaró «madre del mundo hispanohablante», y unos años más tarde la llamó «reina de los pueblos de habla española». Posteriormente, en la década de 1980, el papa Juan Pablo II la reconoció en su oración como patrona de todos los países de habla hispana.
Curiosamente, ya antes, en 1928, otra advocación mariana — la Virgen de Guadalupe — fue proclamada «reina del mundo hispanohablante» en presencia del rey Alfonso XIII. Ambas imágenes —procedentes de Extremadura y Aragón— se volvieron referentes para millones de personas a ambos lados del Atlántico, resaltando un legado histórico y cultural común.
Hoy en día, la festividad del Pilar no es solo un evento religioso. Reúne a quienes la consideran un símbolo de unidad, memoria y respeto por el pasado. Ese día en Zaragoza se celebran coloridos desfiles, conciertos y fiestas populares, mientras que en otras ciudades de España y Latinoamérica se recuerda el origen común. El 12 de octubre es un recordatorio del profundo lazo entre los pueblos hispanohablantes y de cómo una tradición puede convertirse en un puente entre continentes.






