
En las principales ciudades de Andalucía, miles de personas salieron a las calles para mostrar su descontento con la gestión del gobierno regional en materia sanitaria. Las protestas se extendieron por Sevilla, Cádiz, Granada y otras localidades, donde los vecinos expresaron abiertamente su decepción por la situación en las clínicas y hospitales públicos.
El motivo del descontento masivo no fue solo el escándalo reciente por los retrasos en mamografías, sino también la sensación generalizada de que el sistema sanitario regional atraviesa una crisis profunda. La gente se queja de la imposibilidad de conseguir citas médicas en plazos razonables, la falta de especialistas y las colas interminables. Muchos revelan que se han visto obligados a acudir a clínicas privadas para recibir atención.
El escándalo por los cribados oncológicos: solo la punta del iceberg
Las historias de pacientes que esperan meses para ver a un médico de cabecera, o años para consultar a un especialista, se han vuelto habituales. Algunas mujeres afectadas por los retrasos en el diagnóstico de cáncer de mama tuvieron que buscar soluciones por cuenta propia, a veces asumiendo personalmente los costes. Los médicos reconocen que la carga laboral aumenta constantemente y que las mejoras prometidas nunca llegan. Los profesionales jóvenes que acaban de incorporarse ya sufren agotamiento y frustración.
Las autoridades regionales insisten en que el problema se limita a algunas ciudades, pero la participación masiva en las protestas en toda Andalucía demuestra lo contrario. Personas de distintas provincias se han unido para exigir no solo soluciones a problemas concretos, sino también una revisión profunda de toda la política sanitaria.
Repercusión social y demandas de cambio
Muchos de los manifestantes consideran que las demoras en los cribados han sido la gota que colmó el vaso. Señalan que, a pesar del aumento de la financiación, una parte importante de los fondos va al sector privado, mientras que los centros públicos siguen sufriendo falta de personal y recursos. A los padres les preocupa el futuro de sus hijos y las personas mayores temen por el acceso a la atención médica.
Médicos y pacientes coinciden en que, sin inversiones sustanciales en la atención primaria y cambios reales, el sistema no podrá hacer frente a la creciente demanda. Los manifestantes exigen la dimisión del presidente regional y reclaman el retorno a una sanidad universal y de calidad.
Protestas multitudinarias y respuesta de las autoridades
En Sevilla, según diferentes estimaciones, entre 12.000 y 30.000 personas salieron a las calles. Movilizaciones similares tuvieron lugar en otras ciudades, donde la gente coreó consignas en defensa del derecho a una atención sanitaria digna. A pesar de las declaraciones de los funcionarios sobre el carácter local de los problemas, las protestas demostraron que la crisis afecta a toda Andalucía. Los asistentes están convencidos de que este escándalo debe ser un punto de inflexión para todo el sistema de salud regional.




