
Las autoridades municipales de Barcelona se plantean seriamente revisar el sistema de impuestos sobre bienes inmuebles. Sobre la mesa está la posibilidad de introducir una escala progresiva para los propietarios que tengan más de una vivienda. Este paso podría convertir a Barcelona en la primera ciudad de España en aplicarlo, si logran que se modifique la legislación nacional.
La esencia de la iniciativa consiste en que el importe del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) dependa directamente del número de propiedades que posea una persona. Cuantas más viviendas, mayor será el tipo impositivo. Actualmente, este impuesto es la principal fuente de ingresos para el presupuesto municipal, por lo que cualquier cambio en su estructura requiere un análisis jurídico y económico profundo.
La cuestión de la reforma se planteó durante las negociaciones entre representantes del ayuntamiento y las fuerzas políticas que apoyan a la alcaldesa. El acuerdo alcanzado prevé no solo analizar la posibilidad de implantar un impuesto progresivo, sino también preparar una solicitud al Ministerio de Hacienda para que se revise la actual Ley de Haciendas Locales.
Cambios adicionales en la política fiscal
Además del debate sobre la escala progresiva, las autoridades de Barcelona están considerando otras medidas. En particular, se estudiará si es posible igualar los beneficios fiscales para familias monoparentales y familias numerosas. Otra iniciativa busca consolidar en la normativa municipal la prohibición de trasladar el impuesto a los inquilinos, algo que ya contempla la Ley de Vivienda a nivel nacional.
Se está prestando especial atención al sector hotelero. Para los hoteles con alto valor catastral, especialmente los de lujo, el tipo impositivo aumentará. En los próximos dos años podría alcanzar el 1,3%, lo que supondrá un duro golpe para los propietarios de hoteles exclusivos. Esto se debe a que desde hace varios años está prohibida la construcción de nuevos hoteles en las zonas céntricas de la ciudad.
Entorno urbano y apoyo a los residentes
El acuerdo alcanzado también contempla medidas para mejorar el entorno urbano. Las autoridades pretenden limitar la apertura de comercios orientados exclusivamente al turismo en varios barrios. El objetivo es mantener el equilibrio entre los intereses de los vecinos y el sector turístico. Además, se destinarán fondos extra a la renovación de infraestructuras en zonas necesitadas de apoyo, como Besòs.
Por ahora, todas estas iniciativas están en fase de debate y requieren la aprobación a nivel nacional. Sin embargo, ya está claro que Barcelona está preparada para cambios importantes en materia fiscal y en la gestión del patrimonio urbano. Si se llevan a cabo estas reformas, podrían convertirse en un ejemplo para otras ciudades del país.






