
A partir de septiembre de 2025, en Madrid y otras ciudades españolas con una población superior a 5.000 habitantes entrará en vigor una nueva tasa obligatoria por la recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos. Esta medida responde a las exigencias de la Unión Europea en materia de desarrollo sostenible y ya se ha implementado en varios municipios del país.
La implantación de la tasa tiene como objetivo cubrir los gastos relacionados con la organización, recogida, transporte y tratamiento de residuos. Cada ayuntamiento establece de forma independiente el importe y el método de cobro, en función de las características locales y su presupuesto. En promedio, la cuantía anual oscila entre 30 y 120 euros a nivel nacional, aunque en Madrid el pago medio para particulares será de unos 140 euros y alrededor de 310 euros para establecimientos comerciales.
El cálculo de la cantidad se determina por varios factores: el valor catastral de la vivienda, el número de residentes registrados y el volumen de agua consumida. En algunos casos, los ayuntamientos pueden fijar una tarifa fija y, en otros, establecer una tarifa variable según las características individuales de cada inmueble.
En Madrid, en 2025 la tasa se abonará en un único pago, y a partir de 2026 existirá la opción de domiciliación automática, como ya ocurre con el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Se espera que la nueva medida afecte a más de tres millones de habitantes de la capital.
Se presta especial atención a la cuestión de quién debe asumir el pago de la tasa: el propietario o el inquilino. Si el contrato de alquiler fue firmado antes de la entrada en vigor de las nuevas normas, la obligación de pago recae en el dueño del inmueble, salvo que el contrato establezca lo contrario. Para los contratos firmados después de la introducción de la tasa, los gastos de recogida de basura corresponden al inquilino, ya que es quien utiliza el servicio de retirada de residuos.
La introducción de la nueva tasa ha generado reacciones diversas entre los residentes y las autoridades municipales. Algunos consideran que la medida es necesaria para mejorar la situación medioambiental y cumplir con los estándares europeos, mientras que otros temen una carga financiera adicional para los hogares y las empresas.
Las autoridades subrayan que la recaudación permitirá mejorar la calidad de los servicios de gestión de residuos y reducir la presión sobre el presupuesto municipal. Al mismo tiempo, para ciertas categorías de ciudadanos y empresas se podrían contemplar beneficios o tarifas reducidas, aunque los detalles finales aún se están debatiendo.
Así, a partir del otoño de 2025, los residentes de Madrid y otras grandes ciudades de España deberán prepararse para nuevos gastos relacionados con la recogida de basura. Es importante aclarar con antelación quién asumirá el pago de la tasa en caso de alquiler de vivienda y revisar las condiciones del contrato para evitar malentendidos.





