
Septiembre de 2025 será recordado en España como uno de los más calurosos de toda la historia de las mediciones. Durante varios días, habitantes de distintas regiones del país enfrentan temperaturas sin precedentes, que en algunas provincias alcanzan los 39-40 grados. La situación es especialmente crítica en Andalucía, donde ciudades como Badajoz, Córdoba y Sevilla literalmente se derriten bajo el sol abrasador.
El calor tampoco ha pasado por alto otras regiones. En Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid e incluso en el norte, en el País Vasco, las temperaturas alcanzan los 36-37 grados, lo que se considera una anomalía para esta época del año. En las provincias del norte, como Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, se ha declarado un nivel elevado de alerta meteorológica. En la Meseta Norte, en ciudades como Valladolid, Zamora, Salamanca, Ávila y Burgos, la temperatura también supera los valores habituales.
Las Islas Canarias tampoco se han librado: en Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife los termómetros superan los 35 grados, y en algunas zonas el calor se siente de manera especialmente intensa. La situación se complica por el polvo traído por el viento desde África, lo que reduce la visibilidad en las carreteras hasta 3 kilómetros y empeora notablemente la calidad del aire. En las zonas montañosas de las islas son posibles tormentas, que podrían producirse en la segunda mitad del día.
La causa de estas condiciones meteorológicas extremas ha sido una masa de aire subtropical procedente del sur. Esta ha traído consigo no solo calor, sino también nubosidad y un aumento brusco de las temperaturas. En la mayoría de las regiones el cielo sigue despejado, aunque en el suroeste de la península podrían registrarse tormentas aisladas, especialmente en las zonas montañosas.
Tampoco las temperaturas nocturnas ofrecen alivio: en las zonas costeras del Mediterráneo, en el sur y en las tierras bajas del Ebro, los termómetros no bajan de los 20 grados ni siquiera de noche. En Canarias las noches son aún más cálidas, llegando hasta los 25 grados, lo que dificulta el sueño y eleva los riesgos para la salud.
Sin embargo, para el fin de semana los meteorólogos anuncian un cambio drástico. Un frente atlántico traerá lluvias y un descenso notable de las temperaturas. El sábado se esperan precipitaciones en Galicia, que después se desplazarán hacia Asturias, Cantabria y el País Vasco. En las regiones centrales y del norte, incluyendo Castilla y León, La Rioja, Navarra y Aragón, son probables chubascos y tormentas, especialmente en zonas montañosas. El domingo las lluvias alcanzarán el centro del país, Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, mientras que en la costa mediterránea se prevén fuertes precipitaciones en la segunda mitad del día.
Tras el calor extremo, las temperaturas descenderán bruscamente: si el jueves en algunas ciudades se rozaban los 40 grados, para el domingo solo se esperan 28. En el norte del país los termómetros caerán hasta los 15 grados, y en el sur los valores máximos no superarán los 26-28 grados. Así, España pasará en pocos días de un calor récord a un ambiente otoñal.




