
En España continúa un intenso debate sobre el acuerdo nacional propuesto por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, destinado a combatir las consecuencias del cambio climático. La iniciativa surge en el contexto de los devastadores incendios forestales que este año ya han arrasado más de 344.000 hectáreas de bosque, según datos del programa europeo Copernicus.
Los líderes del Partido Popular (PP), que gobierna en Castilla y León, Galicia y Extremadura —las regiones más afectadas por los incendios—, han criticado duramente la propuesta del jefe del Ejecutivo. Consideran que se trata de un intento de desviar la atención de los verdaderos problemas y de politizar la situación. Desde la oposición afirman que, en lugar de debatir nuevos acuerdos, las autoridades deberían haber respondido de manera ágil a las peticiones de los territorios para movilizar recursos adicionales, incluidas unidades militares, para combatir los incendios.
El presidente Sánchez interrumpió sus vacaciones para visitar personalmente las zonas más afectadas en Galicia y Castilla y León. Subrayó que España enfrenta las consecuencias de la crisis climática y llamó a todas las fuerzas políticas a unirse para desarrollar soluciones a largo plazo que permitan prevenir y afrontar de manera más eficaz los desastres naturales.
Desde el gobierno señalan que los incendios actuales y las inundaciones del año pasado no son fenómenos aislados, sino una consecuencia directa del calentamiento global. La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, declaró que es imprescindible coordinar los esfuerzos de todos los niveles de la administración y respaldar un pacto común para mejorar la capacidad del país de hacer frente a nuevos desafíos.
Sin embargo, la oposición insiste en que este tipo de iniciativas no resuelven los problemas actuales. Según representantes del PP, la población espera acciones concretas del gobierno y no declaraciones políticas. Subrayan que la responsabilidad de prevenir y extinguir incendios recae en gran medida en las administraciones regionales, pero advierten que sin el apoyo del gobierno central y un aumento de la financiación, es imposible abordar la magnitud del desastre.
Entre las exigencias de la oposición se encuentra el incremento de los fondos destinados a la prevención y extinción de incendios, así como la revisión de la distribución de recursos entre las comunidades autónomas teniendo en cuenta la superficie forestal. Los representantes del PP recordaron que el presupuesto estatal sigue congelado e instaron al gobierno a tomar nuevas decisiones financieras para combatir de manera más eficaz las catástrofes naturales.
Al mismo tiempo, Vox, partido conocido por su escepticismo respecto al cambio climático, tampoco respaldó la iniciativa del gobierno, optando por no hacer declaraciones fuertes en medio de los incendios y el calor extremo que continúan afectando al país.
El Gobierno ya ha enfrentado dificultades para impulsar otras iniciativas ecológicas, como el reciente decreto de emergencia energética, que no obtuvo suficiente apoyo en el Parlamento. Las autoridades advierten que rechazar la cooperación en materia climática podría acarrear aún mayores pérdidas para el país.
En España ya está en vigor una ley de lucha contra el cambio climático, aprobada en 2022, así como una serie de programas de adaptación a las nuevas condiciones. En los próximos meses, el Gobierno tiene previsto presentar un plan de acción actualizado, en el que se dará especial atención a la preparación y equipamiento de los servicios responsables de prevenir y afrontar las consecuencias de desastres naturales.
El debate en torno al pacto climático ha reavivado las tensiones entre el Gobierno central y las regiones. La cuestión de la distribución de competencias y recursos sigue siendo clave en la lucha contra las catástrofes naturales, que, según los científicos, serán cada vez más frecuentes en los próximos años.






