
Las Fuerzas Armadas de España enfrentan serias dificultades para reclutar y retener personal. Actualmente, el número de militares no alcanza el mínimo legalmente establecido, y la brecha entre la plantilla necesaria y la real sigue creciendo.
Una de las principales causas de esta escasez de personal, según los expertos, es la baja atractivo que tiene la carrera militar entre los jóvenes. Muchos jóvenes españoles no ven al ejército como una opción de futuro, prefiriendo la estabilidad y mejores condiciones que ofrece el sector privado. A esto se suma un factor demográfico: la población del país envejece y el número de posibles reclutas disminuye.
Las empresas privadas atraen activamente a militares, especialmente a quienes tienen experiencia en liderazgo y trabajo en condiciones difíciles. Grandes corporaciones como Amazon, Indra y Escribano desarrollan campañas específicas para captar a exoficiales y especialistas. Los militares son valorados por sus capacidades de liderazgo, su toma de decisiones bajo presión y su alto nivel de preparación profesional.
Muchos oficiales y sargentos, tras décadas de servicio, se incorporan al sector empresarial, donde les ofrecen mejores salarios, oportunidades de crecimiento profesional y mayor estabilidad. Para algunos, el paso al ámbito civil resulta lógico al finalizar su carrera militar, especialmente si las perspectivas de ascenso dentro del ejército no son claras.
El problema de la fuga de personal es especialmente evidente en la Fuerza Aérea y las fuerzas espaciales, donde los pilotos, tras finalizar su servicio obligatorio, suelen incorporarse a aerolíneas comerciales o industrias. Según estimaciones de expertos, alrededor del 8% de los pilotos militares cada año eligen trabajar en empresas privadas, donde sus habilidades son demandadas y mejor remuneradas.
Según los últimos datos, a principios de 2024 España contaba con poco más de 116.000 militares en activo, lo que supone 500 menos que el año anterior. Esta cifra está muy por debajo del umbral mínimo establecido por la ley, que contempla entre 130.000 y 140.000 efectivos. Los analistas señalan que el déficit de personal podría estar entre 14.000 y 24.000 militares.
Los planes para aumentar el tamaño del ejército prevén la incorporación de 7.500 soldados adicionales para 2029, sin embargo, los expertos consideran que esto no será suficiente para resolver el problema. Además, las previsiones demográficas no son alentadoras: para 2050, la mayoría de la población en España superará los 75 años, y el número de jóvenes aptos para el servicio se reducirá a la mitad en comparación con finales del siglo XX.
En un informe anual presentado al parlamento, se indica que, a pesar de la aparente alta competencia por plazas en el ejército, el interés real por la carrera militar va en disminución. Los expertos destacan que para atraer nuevo personal es necesario no solo mejorar las condiciones de servicio, sino también aumentar el prestigio de la profesión militar.
La cuestión salarial sigue siendo una de las más delicadas. Los militares se quejan de que sus ingresos son inferiores a los de otros cuerpos de seguridad, y que los recientes aumentos salariales no compensan esa diferencia. Representantes de asociaciones profesionales señalan que, incluso tras el incremento presupuestario, muchos militares recibieron solo una subida de 50 euros.
Las dificultades del servicio, como las largas misiones, la separación de la familia y la alta carga de trabajo, también influyen en la decisión de los jóvenes de no vincular su vida al ejército. Muchos prefieren empleos estables en empresas privadas, donde las condiciones laborales y los salarios son mejores.
Al mismo tiempo, la industria de defensa en España está en pleno desarrollo y necesita especialistas con experiencia militar. Nuevas empresas están invitando a exmilitares a ocupar puestos directivos, confiando en sus conocimientos y en sus contactos dentro de las estructuras del ejército.
El Ministerio de Defensa sigue trabajando para cumplir con el compromiso de aumentar el presupuesto militar al 2% del PIB, pero la cuestión de los recursos humanos sigue sin resolverse. Expertos destacan que, sin medidas integrales para hacer más atractiva la carrera militar y mejorar las condiciones del personal, la situación podría empeorar en los próximos años.




