
En España, el nombre de Francisco Etxeberria está desde hace tiempo asociado con la búsqueda de la verdad allí donde intentaron ocultarla durante décadas. Este médico forense de Gipuzkoa ha dedicado varias décadas a devolver nombres e historias a quienes fueron enterrados sin derecho a la memoria, desde víctimas de la Guerra Civil hasta los afectados por la represión política. Su labor no se limita solo a España: la experiencia de Etxeberria es solicitada en investigaciones de todo el mundo, incluidos los conflictos contemporáneos más complejos.
El camino hacia la verdad a través de la ciencia
La profesión de forense rara vez parece romántica, pero es precisamente ella la que permite arrojar luz sobre hechos que, de otro modo, permanecerían en la sombra. Etxeberria se ha enfrentado en numerosas ocasiones a situaciones en las que solo un análisis exhaustivo de los restos podía desmontar versiones erróneas de la investigación o derribar mitos arraigados en la sociedad. Su intervención en casos mediáticos relacionados con crímenes del pasado ha sido clave en la consecución de sentencias justas.
Al recordar su trayectoria, Etxeberria señala que el interés por la medicina forense en España fue durante mucho tiempo muy limitado, ya que la profesión era considerada poco prestigiosa debido a la herencia de la dictadura. Sin embargo, con el cambio en el sistema judicial y la creciente demanda social de verdad, la situación empezó a transformarse. Hoy en día, su experiencia es valorada no solo en las universidades, sino también entre las nuevas generaciones de especialistas, que ven en este trabajo una oportunidad para cambiar la sociedad.
La experiencia española para el mundo
Los métodos desarrollados por Etxeberria y su equipo durante las exhumaciones de fosas comunes de la época de Franco se aplican ahora en otros países. En particular, su experiencia es solicitada en zonas de conflicto actual, donde las fosas comunes son una trágica realidad. En Gaza, donde los combates continúan, el enfoque español para la identificación de víctimas y la restitución de la justicia podría ser clave para futuras investigaciones.
Trabajar con restos humanos requiere no solo habilidades técnicas, sino también una sensibilidad especial. Según Etxeberria, los familiares de las víctimas suelen expresar gratitud, no sed de venganza. Para ellos, es importante no solo conocer la verdad, sino también recibir un reconocimiento oficial de la tragedia. Por eso, las exhumaciones en España rara vez provocan nuevos conflictos; al contrario, ayudan a la sociedad a sanar.
Superando barreras políticas y sociales
A pesar de los evidentes beneficios del trabajo de recuperación de la memoria, en España persisten desacuerdos políticos sobre este tema. Algunos partidos consideran las exhumaciones como una cuestión ideológica y no como un acto de justicia. Esto ralentiza el proceso de búsqueda e identificación de las víctimas, especialmente en regiones donde se revisan las leyes de memoria. Sin embargo, gracias a los esfuerzos de especialistas como Etxeberria, se ha logrado devolver el nombre a miles de personas y ofrecer a sus familias la oportunidad de despedirse de sus seres queridos.
La experiencia española demuestra que, incluso décadas después de una tragedia, es posible restablecer la justicia. Este enfoque se convierte en un ejemplo para otros países donde las fosas comunes siguen siendo anónimas. En el contexto de nuevos conflictos, como la situación en Gaza, los métodos desarrollados en España pueden desempeñar un papel clave en la búsqueda de la verdad y la reconciliación social.






