
El 9 de noviembre, Madrid celebra su tradicional fiesta en honor a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Almudena. Ese día las calles se llenan de ambiente festivo y tanto madrileños como turistas salen en busca de los sabores más intensos de la capital. Recetas clásicas, versiones modernas y locales emblemáticos se convierten en el punto de encuentro para quienes aprecian la gastronomía madrileña.
El aire festivo se siente desde primera hora de la mañana: las familias se reúnen en el centro para pasear por los barrios históricos, asistir a la misa y disfrutar de un almuerzo tranquilo. En el menú destacan los aperitivos que ya son símbolos de la cocina madrileña: desde los crujientes torreznos hasta los callos calientes, sin olvidar el vermut tradicional y las tapas frescas.
En el barrio de Huertas, llaman especialmente la atención las patatas bravas de Bestial by Rosi la Loca. El chef Javier Alfaro ofrece a sus comensales dados de patata picantes con una salsa especial que ya ha sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional. Aquí no solo se valora el sabor, sino también el ambiente: el interior del local destaca por su diseño colorido y detalles originales.
Muy cerca de la plaza de toros de Las Ventas se encuentra Casa Toro, donde se fusionan las tradiciones de Madrid y Andalucía. El propietario César Molero y el chef Fran Porras apuestan por recetas de toda la vida: famosos torreznos, huevos con rabo de toro y una callosita suave con salsa picante. Todos los platos son libres de gluten, algo muy valorado por quienes siguen dietas especiales.
Los aficionados a los sabores contemporáneos deberían visitar Cokima, en la calle Andrés Mellado. Aquí se ofrecen platos innovadores, como bao de calamares fritos con mayonesa de shiso, o tacos de oreja crujiente con gel de piña. El local celebra su quinto aniversario, manteniéndose fiel a los productos locales y experimentando con la presentación.
Para quienes buscan relajarse con vistas panorámicas, está disponible la terraza de El Jardín de Diana, en la décima planta del hotel Hyatt Centric Gran Vía Madrid. Aquí se pueden degustar aperitivos de autor — desde gildas hasta croquetas de cecina ahumada y jamón ibérico. El formato está pensado para grupos que valoran el ambiente y la variedad de sabores.
En el barrio de Las Letras, Gilda Club recupera la tradición madrileña del aperitivo. Este bar-club ofrece gildas clásicas y versiones originales, así como cócteles inspirados en la ciudad. Durante el día, el ambiente invita a un picoteo relajado, mientras que por la noche el espacio se transforma en un lugar para encuentros y música.
En la séptima planta del Inhala Hotel Garden funciona un sky bar donde sirven minibocadillos de calamares con alioli verde. Es una opción ideal para días soleados: aire fresco, vistas a la ciudad y un tentempié ligero acompañado de una caña o vermut.
Un lugar especial en la ruta gastronómica es La Gran Tasca, en la calle Santa Engracia. Desde 1942 preparan callos y cocido según una receta inalterada. Durante la temporada de otoño e invierno, sirven unas 20.000 raciones. El cocido clásico incluye más de 15 ingredientes y se cocina en dos días, mientras que los callos se elaboran con pata y morro de ternera, con un toque picante y en cazuela de barro.
En las afueras de Pozuelo, La Taberna de Elia es conocida no solo por sus carnes, sino también por sus tapas: torreznos, mollejas y oreja frita. El chef Cata Lupu lleva casi veinte años sorprendiendo a los comensales con calidad y atención al detalle.
Durante todo noviembre, Relais & Châteaux Orfila ofrece en el desayuno la Corona de la Almudena, un dulce madrileño tradicional reinterpretado por el chef Mario Sandoval, que cuenta con dos estrellas Michelin. Se puede degustar este postre entre semana en los elegantes salones del hotel.
La festividad de la Virgen de la Almudena no es solo un evento religioso, sino también una excelente oportunidad para descubrir la riqueza gastronómica de Madrid. Cada parada de esta ruta forma parte de la historia de la ciudad, donde la tradición se fusiona con la modernidad y los sabores permanecen en la memoria.






