
Este fin de semana se desplegó un amplio operativo policial de los Mossos d’Esquadra en los alrededores de Santa Linya (Lleida). Cientos de personas se congregaron en una finca privada para participar en una fiesta ilegal, la segunda de este tipo en los últimos meses en la zona. Los organizadores no contaban con ningún permiso y las autoridades solo tuvieron conocimiento del evento al amanecer del sábado.
La policía decidió no desalojar de inmediato a los asistentes, pero sí restringió el acceso al recinto. Se establecieron controles en los accesos para impedir la llegada de más personas. A quienes abandonaban el lugar se les realizaron controles de alcohol y drogas, con el objetivo de evitar posibles accidentes de tráfico.
Durante la fiesta, los servicios de emergencia tuvieron que asistir a uno de los participantes. Se trataba de un joven de Barcelona, de 30 años, que repentinamente sufrió un desvanecimiento y perdió el conocimiento. Los sanitarios diagnosticaron una parada cardíaca y lo trasladaron de urgencia al hospital Arnau de Vilanova, donde ingresó en la UCI. Su estado es crítico.
Este tipo de fiestas no son infrecuentes en la región. En septiembre, la policía ya intervino en un evento similar en Bovera, aunque con menor afluencia. En agosto, en Ivars de Noguera, se celebró otra fiesta ilegal a la que acudieron cerca de un centenar de personas y varias decenas de vehículos. En aquella ocasión, la reunión tuvo lugar en un espacio natural protegido, lo que generó aún más preocupación entre las autoridades.
Por el momento, se desconoce si los organizadores de la actual fiesta serán responsabilizados. La policía sigue vigilando la situación para evitar nuevos incidentes peligrosos y garantizar la seguridad tanto de los asistentes como de los vecinos.





