
El Ayuntamiento de Madrid ha presentado el borrador del presupuesto para 2026, ya calificado como el más ambicioso de los últimos años. El volumen total de gasto alcanzará los 6.578 millones de euros, lo que supone casi un 5% más que el año anterior. Prácticamente todos los ámbitos de la vida urbana recibirán fondos adicionales, aunque no han faltado intensos debates.
Las mayores inversiones se destinarán a proyectos de infraestructuras. En concreto, se asignarán importantes sumas a las obras subterráneas de la A-5, la renovación de un tramo del Paseo de la Castellana y la cobertura de parte de la M-30. Estas actuaciones supondrán en conjunto 281 millones de euros. A pesar de la magnitud de estas cifras, la inversión total sigue siendo inferior a la de 2008, cuando concluyeron las grandes obras de los túneles de la M-30.
El problema de la vivienda: el gran escollo
La partida destinada a la construcción de viviendas ha sido especialmente criticada por la oposición. Aunque la financiación de este sector aumentará más de un 5% respecto a 2024, para nuevas viviendas solo se han previsto 88 millones de euros. Los portavoces de la oposición consideran que esta cantidad es claramente insuficiente para hacer frente al grave problema de acceso a la vivienda en la capital. A su juicio, en un presupuesto total de 6.500 millones de euros, esta cifra resulta poco convincente ante la creciente demanda y las largas listas de espera para acceder a una vivienda municipal.
Las autoridades municipales insisten en que actualmente se están construyendo más de 6.000 viviendas, y que el próximo año está previsto entregar alrededor de mil de ellas. Sin embargo, los opositores apuntan que en 2024 solo se entregaron poco más de doscientas viviendas, mientras que unas 60.000 personas siguen en lista de espera para acceder a una casa.
Apoyo social y equilibrio territorial
Se prevé un aumento significativo del financiamiento para programas sociales, apoyo a las familias e iniciativas de igualdad. El presupuesto para este ámbito pasará de 375 a 402 millones de euros. Las autoridades subrayan que se prestará especial atención a la ayuda a familias con hijos, así como a la ampliación de los servicios de atención domiciliaria. Para los nuevos contratos de este servicio se han asignado 335 millones de euros.
Al mismo tiempo, la oposición considera que el crecimiento del gasto social solo ha sido posible gracias a la presión de los trabajadores del sector, que han exigido el cumplimiento de los contratos y la mejora en la calidad de los servicios.
Otra partida destacada será el apoyo a los barrios con bajos ingresos. Casi la mitad de los 1.059 millones de euros destinados a la autogestión local se asignarán al desarrollo de nueve distritos del sur de la ciudad, lo que supone un 15% más que el año anterior. Sin embargo, los críticos señalan que los principales proyectos de infraestructuras siguen concentrándose en la zona norte, mientras que en el sur muchos problemas siguen sin resolverse.
Impuestos y equidad: nuevos debates
Las cuestiones de política fiscal también generaron intensos debates. Algunos concejales consideran que el sistema tributario sigue siendo injusto: la tarifa por recogida de basura sigue siendo alta para todos, mientras que el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) se reduce principalmente para los residentes más acomodados. Como resultado, la diferencia en la carga fiscal entre los distintos barrios de la ciudad es cada vez más evidente.
En general, el nuevo presupuesto de Madrid refleja la intención de las autoridades de invertir en el desarrollo de la ciudad y apoyar los programas sociales, aunque los temas clave —el acceso a la vivienda y la distribución justa de los recursos— siguen siendo motivo de encendidos debates.






