
Con la llegada del otoño en España, los pensionistas empiezan a preguntarse cómo cambiarán sus ingresos el próximo año. Las cifras definitivas se conocerán solo en diciembre, cuando se publique el índice medio de precios al consumo correspondiente al periodo de diciembre de 2024 a noviembre de 2025. Por ahora, la inflación se mantiene en torno al 2,5%, pero los expertos prevén que a finales de año alcance el 2,7%. Es un poco menos que el aumento del año pasado, aunque la diferencia es mínima.
Sin embargo, no todas las prestaciones se actualizan por igual. En septiembre de 2025, en el país se contabilizaban 10,64 millones de pensiones, pero el número de beneficiarios era menor —unos 9,39 millones—, ya que algunas personas reciben varias pensiones a la vez. El importe medio mensual fue de 1.314 euros, aunque esta cantidad varía según la antigüedad, la profesión y el tipo de sistema de pensiones.
En España existen varios regímenes de pensiones: el general (para la mayoría de trabajadores por cuenta ajena), el de autónomos (RETA), regímenes especiales (como los de la minería del carbón y la marina mercante), así como prestaciones por accidente y enfermedades profesionales. Además, está el sistema especial SOVI, vigente antes de la transición a la democracia. Cada régimen contempla distintos tipos de pensión: por jubilación, invalidez, viudedad, para huérfanos y familiares.
El monto de las prestaciones varía: los exmineros reciben las cantidades más altas (hasta 2.907 euros al mes), mientras que las mínimas corresponden a los beneficiarios de pensiones bajo el antiguo sistema SOVI (unos 502 euros). A estos pagos se les pueden añadir diversos complementos si la persona ha trabajado al menos 15 años. Si no se alcanza este periodo de cotización, existen otros tipos de apoyo.
En los últimos años, las autoridades españolas han puesto especial atención en quienes perciben las prestaciones más bajas. Gracias a los acuerdos con los sindicatos, estos colectivos reciben los incrementos más importantes para reducir la brecha entre los distintos grupos de pensionistas.
En 2025, algunas prestaciones aumentaron muy por encima de la inflación. Así, los complementos mínimos a las pensiones subieron un 6%, y las pensiones del sistema SOVI — casi en la misma proporción. El complemento por brecha de género, destinado a quienes interrumpieron su carrera profesional para cuidar de los hijos, se incrementó en un 7,8%. Las pensiones no contributivas (PNC) y el Ingreso Mínimo Vital (IMV) aumentaron de inmediato un 9%. Para las viudas con hijos, el aumento fue del 9,1%.
¿Quiénes se encuentran entre los principales beneficiarios? Más de 2,1 millones de personas reciben complementos a las pensiones mínimas. Para los pensionistas mayores de 65 años, la cuantía anual mínima es de 12.241,6 euros, y si existe cónyuge a cargo, asciende a 15.786,4 euros. Entre los autónomos, el porcentaje de beneficiarios de estos complementos es incluso mayor — casi un tercio. En septiembre se destinaron 623 millones de euros a estas ayudas, con un complemento medio de 293 euros mensuales.
Casi 1,15 millones de personas reciben el complemento por brecha de género — en 2025 será de 35,9 euros al mes, un 5% más que la revalorización general. Las pensiones no contributivas (PNC) las perciben 462.800 personas, y su cuantía anual se fijó el año pasado en 7.905,8 euros. El importe depende del número de miembros de la familia que la reciben.
La Renta Mínima Vital (IMV) la reciben 764.900 hogares, en los que viven más de 2,3 millones de personas. El importe medio de esta prestación es de 516,78 euros al mes, y el total pagado en septiembre alcanzó los 426 millones de euros.
Así, en 2026, el mayor incremento de las prestaciones corresponderá a los grupos que ya venían recibiendo complementos más altos: beneficiarios de pensiones mínimas, no contributivas, viudas con hijos y familias con bajos ingresos. Para el resto de pensionistas, la revalorización estará más cerca del nivel de inflación, pero también permitirá mantener el poder adquisitivo.






