
En Ciudad Real finalizó un mediático juicio que captó la atención de toda España. Un tribunal local desestimó la demanda presentada por la organización Abogados Cristianos contra un folleto distribuido entre estudiantes. Este folleto, creado para visitas educativas al ayuntamiento, mostraba a los niños diferentes modelos de familia, incluyendo familias homoparentales, internacionales y monoparentales.
Los promotores de la demanda alegaban que la publicación vulneraba el derecho de los padres a decidir sobre la educación moral de sus hijos y que, supuestamente, atentaba contra los valores familiares tradicionales. Según ellos, el folleto se distribuía sin el consentimiento de los padres y no mencionaba el modelo tradicional de familia. Sin embargo, el tribunal no encontró fundamentos para tales acusaciones, señalando que los materiales no violan el principio de neutralidad ni van en contra del interés superior del menor.
La reacción al fallo judicial no se hizo esperar. Representantes del ayuntamiento interpretaron la decisión como un respaldo a su política orientada a fomentar en los escolares el respeto por diferentes realidades familiares. Las autoridades subrayaron que en la sociedad actual existen múltiples formas de familia y que nadie debe imponer una única visión válida. Según destacaron, eliminar este tipo de materiales implicaría ignorar la realidad y discriminar a muchos vecinos del municipio.
El escándalo en torno al folleto provocó divisiones políticas en la administración municipal. Tras la distribución de la publicación entre los alumnos de sexto curso, uno de los partidos que antes formaban parte de la coalición abandonó el gobierno de la ciudad. Esto originó cambios en la dirección y alteró el equilibrio de poder. Sin embargo, las autoridades locales no cedieron y no retiraron el folleto de circulación, a pesar de la presión y las amenazas de romper los acuerdos de coalición.
La decisión judicial fue definitiva: no cabe apelación y los demandantes deben asumir las costas del proceso. Las autoridades municipales reiteraron su compromiso con los principios de inclusión y respeto hacia todos los habitantes, sin importar el tipo de familia al que pertenezcan. Según su postura, solo así se puede construir una sociedad donde cada persona se sienta aceptada y protegida.






