
Agosto llega a su fin en España, y con él termina la temporada de vacaciones de verano. Para millones de habitantes del país, esto significa el inminente regreso a la rutina laboral y escolar. El período de descanso, que permitió desconectar de la rutina diaria, da paso a la necesidad de volver a adaptarse a los horarios habituales. Psicólogos advierten que esta transición suele acompañarse del llamado síndrome postvacacional, que dificulta la concentración y la vuelta al ritmo de trabajo. Para facilitar este proceso y hacerlo lo menos doloroso posible, los especialistas recomiendan prestar atención tanto a la preparación física como mental.
La reconocida experta española en entrenamiento cognitivo Catalina Hoffmann propone el concepto de neurofitness como una herramienta eficaz para una adaptación progresiva. Ella explica que, tras un largo descanso, el cerebro, al igual que los músculos, necesita una especie de calentamiento. Según sus palabras, es fundamental ‘recargar las baterías neuronales’ a tiempo. Un cerebro descansado no siempre está preparado para un esfuerzo intenso. Los ejercicios regulares, aunque sencillos, ayudan a restablecer las conexiones neuronales responsables de la atención y la velocidad de reacción, y lo preparan para afrontar los retos del nuevo curso laboral.
Hoffmann hace hincapié en la importancia de preparar mentalmente a los niños antes de su regreso a clases. La experta aconseja a los padres no esperar hasta el primero de septiembre, sino comenzar a trabajar con los niños con anticipación. No se trata de asignaturas escolares, sino de juegos educativos que estimulan el pensamiento lógico y la creatividad. Introducir gradualmente una rutina, reducir el tiempo que pasan con dispositivos electrónicos y reemplazarlo por la lectura o la resolución de acertijos ayudará a los niños a adaptarse más fácilmente al proceso de aprendizaje y evitar el estrés durante las primeras semanas de clases.
Como herramienta práctica, Catalina Hoffmann propone regularmente nuevas actividades para entrenar el cerebro. Uno de estos ejercicios está dirigido al desarrollo de la capacidad de concentración. Su objetivo es hacer que el cerebro funcione en un modo poco habitual, resolviendo una tarea que lo saque del automatismo y su “zona de confort”. Este tipo de estímulo mental favorece la creación de nuevas conexiones neuronales y aumenta la flexibilidad cognitiva. La experta afirma que incluso unos minutos de estos ejercicios al día pueden mejorar significativamente la capacidad de concentración.
Así, la idea principal que plantea el especialista es realizar una transición gradual y consciente del descanso al trabajo. En lugar de sumergirse bruscamente en las tareas desde el primer día, conviene aprovechar los últimos días de agosto para una «calibración» suave del cerebro. Este enfoque no solo aumentará la productividad al inicio de la nueva temporada, sino que también ayudará a mantener una actitud positiva y evitar el agotamiento emocional a largo plazo.






