
El mapa turístico de Castilla-La Mancha suma un nuevo destino destacado. Las autoridades de la región han incorporado oficialmente al municipio de La Roda, situado en la provincia de Albacete, en la lista de lugares emblemáticos. Esta decisión reconoce la singular combinación de patrimonio histórico, vida cultural y tradiciones gastronómicas que convierten a esta localidad en un auténtico descubrimiento para quienes buscan la España más auténtica.
Muchos conocen La Roda únicamente como la cuna de los famosos hojaldres “miguelitos”, pero esto es solo la punta del iceberg. El corazón de la ciudad es su centro histórico, que ostenta con razón la categoría de Bien de Interés Cultural. Pasear por sus calles es como viajar en el tiempo. La iglesia de El Salvador domina el conjunto arquitectónico, un majestuoso edificio donde convergen elementos góticos, renacentistas y barrocos. Cada piedra parece guardar la memoria de épocas pasadas. También destacan las construcciones civiles, como los elegantes palacios Palacio del Doctor La Encina y Palacio de la Condesa de Villaleal. Estos edificios, junto con numerosos caserones señoriales, crean una atmósfera única de una antigua villa castellana.
Al recorrer el laberinto de sus estrechas callejuelas, es posible toparse con lugares emblemáticos envueltos en leyendas, como la Esquina de Alcañabate o el Tapiz de Doña Ana. Estos nombres no son simples puntos en el mapa, sino testigos vivientes de siglos de historia llena de episodios dramáticos y memorables. La ciudad conserva con esmero la memoria de su pasado, presente en cada detalle, desde las puertas de madera talladas hasta los antiguos escudos heráldicos en las fachadas.
Sin embargo, La Roda no es un museo detenido en el tiempo. Aquí vibra una intensa vida cultural. Numerosos espacios, como la antigua posada Posada del Sol, la Casa de Cultura Don Juan Manuel y el Centro Cultural San Sebastián, acogen con regularidad exposiciones, conciertos y otros eventos. Esto permite integrar el arte contemporáneo en un contexto histórico, haciendo que la estancia en la ciudad resulte aún más interesante. Autoridades y habitantes sienten un profundo respeto por las personalidades vinculadas a la ciudad, algo que reflejan numerosas esculturas y monumentos repartidos por calles y plazas. Entre ellos destacan el monumento dedicado a Adolfo Suárez, primer presidente del gobierno elegido democráticamente en España, así como el Monumento a la Palabra y el busto del erudito local Hermenegildo Moreno Micó.
Además de sus tesoros arquitectónicos y culturales, La Roda ofrece a sus visitantes la oportunidad de disfrutar de la naturaleza. La proximidad al río Júcar brinda un entorno ideal para paseos y para contemplar el paisaje. En la ciudad hay varios parques cuidados, como el Parque Central y el parque Adolfo Suárez, que funcionan como pulmones verdes y son lugares preferidos de descanso para los habitantes. Estos remansos de tranquilidad crean un grato contraste con el ajetreo de las visitas al casco histórico. La vida local adquiere un carácter especial gracias a las fiestas tradicionales. Los carnavales y, en especial, la Semana Santa transforman las calles, llenándolas de música, color y solemnes procesiones que atraen a visitantes de toda la región. Es un periodo en el que las antiguas costumbres cobran vida, mostrando la profundidad y autenticidad de la cultura local.
De este modo, la concesión del estatus de municipio turístico es un reconocimiento lógico a la diversidad de La Roda. Esta ciudad demuestra que su identidad va mucho más allá de sus célebres dulces. Es un lugar donde la historia y la modernidad conviven, la cultura se une a la naturaleza, y la cordialidad y hospitalidad de los manchegos se siente en cada rincón, dejando recuerdos imborrables en los viajeros.






