
La tarde del domingo, los habitantes de Zamora fueron testigos de un hecho insólito: un ciervo salvaje irrumpió en el casco antiguo de la ciudad. El animal, que había salido del bosque de Valorio, atravesó rápidamente varias calles y, asustado por el bullicio urbano, se refugió en un aparcamiento municipal subterráneo. El suceso llamó enseguida la atención de peatones y conductores, sorprendidos por la aparición de un animal del bosque en pleno centro.
La presencia del ciervo causó un gran revuelo. En pocos minutos, varias personas se cruzaron con él cara a cara, aunque por suerte nadie resultó herido. Los testigos avisaron rápidamente a los servicios de emergencia, que acudieron al lugar junto con la policía, bomberos y veterinarios. Para evitar que el animal volviera a salir a la calle, los equipos de emergencia bloquearon las salidas del aparcamiento con vehículos oficiales.
El operativo de rescate se prolongó durante varias horas. Los veterinarios prepararon dardos con anestesia especial y, usando una cerbatana, sedaron al ciervo con cuidado. Una vez dormido, los especialistas revisaron al animal y atendieron pequeñas heridas sufridas durante su huida por la ciudad. Finalmente, los bomberos lo sacaron del aparcamiento y lo trasladaron a un lugar seguro fuera de la ciudad, donde pudo recuperarse y regresar a su vida habitual en la naturaleza.
Las autoridades municipales agradecieron a todos los que participaron en la operación de rescate, incluidos los empleados del aparcamiento, veterinarios y servicios de emergencia. Se hizo una excepción para los conductores cuyos vehículos quedaron bloqueados en el aparcamiento: no se les cobró por la demora involuntaria. A pesar de las molestias, la mayoría de los ciudadanos comprendieron la situación e incluso siguieron el desarrollo de los hechos con interés. Este incidente se convirtió en un verdadero acontecimiento local y recordó una vez más que las fronteras entre la naturaleza salvaje y la ciudad pueden desdibujarse de la manera más inesperada.





