
En Málaga y Sevilla se han impuesto esta semana restricciones para visitar varios parques urbanos tras el hallazgo de un elevado número de aves muertas. En Málaga, el parque Huelin está cerrado, mientras que en Sevilla los jardines del Real Alcázar y el parque Miraflores permanecen temporalmente inaccesibles.
En el parque Huelin de Málaga se han registrado cerca de una veintena de aves muertas. En Sevilla la situación ha sido aún más grave: en el parque Tamarguillo fallecieron 71 aves acuáticas y en Miraflores, en los últimos días, se han hallado más de veinte ejemplares muertos, entre ellos patos y gansos. En los jardines del Real Alcázar, que reciben diariamente a miles de turistas, también se encontraron aves muertas, lo que motivó el cierre temporal del recinto al público.
Las autoridades han decidido suspender los eventos culturales, incluido el tradicional espectáculo de verano «Noches en los Jardines del Alcázar», para prevenir una posible propagación de la infección. En Miraflores y Tamarguillo se siguen detectando nuevos casos de mortalidad entre aves acuáticas, y en el Centro de Educación Ambiental de Miraflores se han encontrado otras dos decenas de aves muertas.
La administración municipal de Sevilla recomendó a los vecinos evitar acceder a las zonas clausuradas. Al mismo tiempo, los exámenes médicos no han detectado síntomas de enfermedad en ninguno de los 25 empleados que estuvieron en contacto con animales infectados en el parque Tamarguillo. Los especialistas del servicio de salud regional siguen monitoreando su estado.
Las autoridades de Andalucía no descartan la aparición de nuevos casos sospechosos, ya que el virus circula en la región. Sin embargo, se recalca que las conclusiones definitivas sobre las causas de la muerte de las aves solo se establecerán tras finalizar los análisis de laboratorio. Entre los posibles factores se consideran no solo las infecciones virales, sino también la contaminación del agua por metales pesados o brotes bacterianos.
En Málaga, representantes de organizaciones ecologistas y sociales han acudido a la fiscalía respecto a la mortalidad masiva de aves en el parque Huelin. Exigen una investigación exhaustiva y una aclaración oficial de la situación, así como la creación de un servicio municipal especial para el control del estado de los animales urbanos. En la petición se señala que, en verano, el agua de los estanques urbanos suele cambiar de color, y se registran regularmente casos de enfermedades y muertes entre las aves.





