
Como consecuencia de la devastadora inundación que afectó a la Comunidad Valenciana (Comunidad Valenciana) en otoño del año pasado, los servicios de salud locales se enfrentaron a una afluencia sin precedentes de pacientes con reacciones psicoemocionales agudas. En los últimos meses, más de dos mil personas han solicitado ayuda en unidades especializadas creadas para apoyar a los afectados por la catástrofe natural.
Los profesionales médicos han prestado especial atención al notable aumento de casos de estrés agudo y trastorno de estrés postraumático. Según los especialistas, las consultas por estos motivos en las zonas afectadas aumentaron en más de un 170% respecto a los niveles habituales en la región. Alrededor de mil pacientes presentaron reacciones de estrés agudo y a 887 se les diagnosticaron trastornos postraumáticos.
Al mismo tiempo, y a pesar de las preocupaciones iniciales, el número de hospitalizaciones de emergencia por autolesiones se redujo en casi un 8,5% durante los 11 meses posteriores a la catástrofe. Este resultado se atribuye a la ampliación de los equipos de psiquiatras y psicólogos: en las zonas más afectadas se crearon 159 nuevos puestos de trabajo y la plantilla de especialistas aumentó casi a la mitad. Las autoridades señalan que ahora el acceso a la atención especializada es más sencillo y los circuitos de derivación de pacientes desde atención primaria a psiquiatría son más claros.
En agosto y septiembre de 2025 se realizó una amplia encuesta entre los residentes de los municipios más afectados. En el estudio participaron más de dos mil adultos de entre 18 y 70 años. Los resultados preliminares muestran que casi uno de cada tres adultos (27,6 %) presentó signos de trastorno de estrés postraumático. Las mujeres resultaron más vulnerables que los hombres: entre ellas, el índice alcanzó el 30,5 %, mientras que entre los hombres fue del 24,6 %. Para comparar, en estudios internacionales realizados después de catástrofes similares, la tasa de TEPT puede llegar hasta el 50 %.
Desde los primeros días tras la inundación, 13 equipos móviles de atención psiquiátrica trabajaron en la región, compuestos por 124 especialistas. Prestaron apoyo a más de mil personas. En el centro de emergencia ubicado en Feria Valencia, otros 749 afectados recibieron ayuda, donde trabajaban 55 profesionales. Se prestó especial atención a los niños: en las escuelas se habilitaron gabinetes especiales para la detección temprana de problemas psicológicos, donde 30 psicólogos ya han atendido a 562 estudiantes.
Los municipios más afectados por el desastre recibieron subsidios adicionales para el desarrollo de programas de prevención de adicciones, incrementando la financiación en un tercio. Esto subraya la intención de las autoridades no solo de reconstruir la infraestructura, sino también de apoyar la salud emocional de la población.
Próximamente se prevé la apertura de un nuevo centro para el tratamiento de traumas psicológicos graves en Picanya. Se ha destinado 1,2 millones de euros para su creación. El centro prestará apoyo no solo a las víctimas de inundaciones, sino también a otros grupos vulnerables, incluidas mujeres que han sufrido violencia doméstica y menores de edad.





