En Cataluña se ha desatado un intenso debate sobre el futuro de la regulación de los taxis y los servicios VTC. Catorce influyentes asociaciones, que representan los intereses del sector de la restauración, el ocio, la cultura, la innovación y el transporte, han solicitado al parlamento que reconsidere el proyecto de ley que debe establecer las normas para taxis y VTC en Barcelona.
Estas organizaciones, que representan aproximadamente una quinta parte de la economía regional, sostienen que las restricciones propuestas no responden a las necesidades reales de la metrópoli. Según afirman, la nueva ley podría expulsar del mercado cerca de cuatro mil licencias VTC, lo que afectaría no solo a los residentes, sino también a sectores clave de la vida urbana, desde los clubes nocturnos hasta la gastronomía y los eventos culturales.
Los miembros de la alianza #LaCiudadQueNosMueve subrayan que la redacción actual de la ley es demasiado restrictiva y no responde a los retos actuales. En particular, señalan la falta de transporte durante la noche, en las periferias, en eventos multitudinarios y en épocas de gran afluencia turística. Mientras otras ciudades europeas amplían su oferta de movilidad, Barcelona, según advierten, corre el riesgo de quedarse atrás, limitando las opciones tanto para los residentes como para los visitantes.
En el ámbito de la alianza, se considera que los servicios VTC y los taxis deben complementar el transporte público y no competir con él. Una reducción artificial de los VTC provocaría una sobrecarga del transporte, un aumento de situaciones inseguras y una disminución del atractivo de la ciudad para los negocios y el turismo. Tras meses de debates y análisis de la opinión pública, los representantes de la alianza señalan que la mayoría de los residentes de Barcelona apoyan la ampliación de alternativas de transporte, especialmente durante la noche. Solo una cuarta parte de los encuestados cree que puede prescindir del vehículo privado después del anochecer, y la confianza en el transporte público nocturno es especialmente baja entre mujeres y jóvenes.
En el marco del Pacto por la Movilidad Urbana, presentado a los grupos parlamentarios, se ha desarrollado un plan de diez medidas para modernizar el sistema de transporte. Entre ellas destacan el aumento de la seguridad durante los trayectos nocturnos, la reducción de la dependencia del coche privado y el impulso de sinergias entre taxis, VTC y transporte público. Los promotores de la iniciativa insisten en que la ley debe ser transparente, contemplar los intereses de todos los actores del sector y no frenar la innovación. Hacen un llamado a los diputados para que escuchen la voz de la sociedad y de las empresas, con el objetivo de que Barcelona no pierda posiciones entre las grandes ciudades europeas.
Actualmente, los representantes de la alianza esperan un diálogo constructivo con las autoridades. Su objetivo es crear un sistema de transporte moderno, flexible y seguro que responda a las necesidades de los ciudadanos y fortalezca la economía de la región.
