
Donde antaño retumbaban las ruedas de los vagones cargados de mineral de hierro, hoy se extiende un paisaje sorprendente. El corazón industrial del País Vasco se ha transformado por completo. Canteras como El Ostion o Las Carmenes se han llenado de agua, convirtiéndose en lagunas pintorescas rodeadas de prados verdes. Ahora hay áreas acondicionadas para picnic, con mesas y parrillas, y en sus aguas cristalinas se crían truchas y carpas. En medio de este paisaje bucólico pastan rebaños de vacas y caballos autóctonos, y sobre las laderas se asoman casas rurales.
Se trata de la «Vía Verde Montes de Hierro» (Vía Verde Montes de Hierro-Burdinmendi), la ruta más larga de la provincia de Bizkaia. Este proyecto ha dado nueva vida a antiguas líneas de tren dedicadas a la minería. Hoy son más de 40 kilómetros de caminos y ramales perfectamente acondicionados, ideales para caminar o ir en bicicleta. Los viajeros encuentran túneles auténticos, antiguas estaciones de carga y lagos artificiales. El recorrido conecta el biotopo natural de las montañas de Triano con la magnífica playa de La Arena.
El recorrido comienza en la estación de tren FEVE de Traslaviña, donde se encuentra el kilómetro cero. Desde aquí, el sendero sigue el curso del río Kolitza, pasa dos veces por refrescantes túneles de 87 y 147 metros de longitud y cruza el río por un puente de madera. En la zona de El Castaño se pueden ver los restos de la mina Catalina, con hornos de calcinación de mineral y el túnel de Los Herreros, excavado a mano en la roca. Más adelante, en el camino, se encuentran el parque de aventuras Sopuerta Abentura y el área recreativa La Aceña, ideal para hacer una pausa.
Siguiendo hacia Gállarta, el sendero discurre sobre pasarelas que atraviesan el río Barbadún y pasa junto a las antiguas plataformas de carga. Aquí se encuentra también el Museo Vasco de la Minería, desde cuyo mirador se puede contemplar la impresionante cantera Concha II. Entre otros puntos de interés destaca el túnel iluminado de El Sobaco, de 150 metros. Al final del tramo principal, la ruta se bifurca: una dirección lleva al mar y se convierte en la ‘Vía Verde’ de Itsaslur, donde se pueden admirar las dunas y observar aves en la playa de La Arena, mientras que en Pobeña se enlaza con el famoso Camino de Santiago. El otro ramal se dirige hacia la desembocadura del río, con accesos a los suburbios de Bilbao.
Cada paso por esta tierra es un encuentro con la historia. La actual senda peatonal sigue las antiguas rutas construidas en el siglo XIX por empresarios británicos para transportar mineral de hierro a los puertos del mar Cantábrico. Aquí nació el famoso grito futbolístico «alirón!». Cuando los ingenieros británicos hallaban un yacimiento rico, lo señalizaban con un cartel de «all iron» (todo hierro), expresión que los trabajadores locales adoptaron como un grito de buena suerte. Esta anécdota es solo una pequeña parte del abundante legado industrial de la región.
Para profundizar en el pasado, nada mejor que visitar el Centro de Interpretación de la Minería en Peñas Negras o el pintoresco poblado obrero de La Arboleda. Se puede llegar fácilmente en funicular desde Trapagaran, operativo desde 1926. Las antiguas barracas mineras han dado paso a áreas recreativas y rutas señalizadas. Los turistas disponen de alquiler de bicicletas, paseos a caballo e incluso rutas guiadas a lo largo de un tramo de 14,5 kilómetros.
Acceder a los puntos de inicio no tiene complicación: en coche se llega a la zona recreativa de La Arboleda y a la estación de Traslaviña pasan trenes de cercanías. El proyecto sigue creciendo, con planes de crear nuevas conexiones con las ciudades ribereñas del Nervión, como Sestao y Barakaldo. Todo esto ha sido posible gracias al esfuerzo de las autoridades locales y de entusiastas que, desde hace más de diez años, trabajan para conservar este patrimonio único para las futuras generaciones.






