
En la política española ha resurgido el enfrentamiento: el Partido Popular, liderado por Alberto Núñez Feijóo, se negó categóricamente a respaldar la iniciativa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de reformar la Constitución. La propuesta de Sánchez contemplaba consagrar el derecho al aborto en la ley fundamental del país.
El jefe del Ejecutivo anunció planes para reformar la Constitución, con el objetivo de garantizar a las mujeres la libertad de elección y autonomía en cuestiones de salud reproductiva. Sin embargo, para iniciar este proceso se requiere una mayoría cualificada en el Parlamento, sin la cual cualquier cambio es inviable. Por eso, la postura del Partido Popular resultó determinante.
La dirección del partido de Feijóo dejó claro rápidamente que no tiene intención de apoyar esta iniciativa. A su juicio, el asunto ya está regulado por la legislación vigente y respaldado por una sentencia del Tribunal Constitucional. Desde el partido consideran que reabrir este debate es un intento de desviar la atención pública de otros problemas más urgentes que enfrenta el país.
La lucha política interna en torno al tema del aborto en España lleva años sin resolverse. Las fuerzas de izquierda insisten regularmente en la necesidad de garantías adicionales, mientras que los conservadores sostienen que la normativa actual es suficiente. Esta vez, el Partido Popular ha optado por no entrar en debates ideológicos, centrándose en criticar las decisiones de gestión del gobierno y acusando a sus adversarios de intentar manipular la opinión pública.
Todo indica que la iniciativa de Sánchez no contará con el apoyo necesario en el parlamento. Esto significa que la Constitución permanecerá sin cambios y que el derecho al aborto seguirá regulado por la legislación vigente. Mientras tanto, es poco probable que las tensiones políticas en torno a este tema disminuyan en el corto plazo.





