
En la madrugada del jueves 18 de septiembre, habitantes de algunas zonas de Murcia y Granada se despertaron debido a leves temblores subterráneos. Los sismólogos registraron un terremoto de magnitud 3,2, cuyo epicentro se encontraba a solo diez kilómetros de la ciudad de Bullas, en la provincia de Murcia.
La profundidad del foco sísmico fue reducida, lo que permitió que las vibraciones se percibieran en localidades cercanas. En concreto, se detectaron leves movimientos de tierra en Cehegín, Calasparra y Caravaca de la Cruz. Aunque ocurrió de noche, algunos vecinos señalaron que sintieron el temblor; sin embargo, no se informó de daños graves en edificios ni de heridos.
El servicio sismológico del país invitó a los habitantes a completar un cuestionario especial para recopilar más información sobre cómo se percibió el terremoto. Las preguntas están relacionadas con las actividades que realizaban las personas en el momento de los temblores, si estaban despiertas o dormidas, así como sus reacciones ante el suceso. Esta información, junto con los datos de los sismógrafos, permite a los especialistas evaluar con mayor precisión las consecuencias y comunicar a la población sobre posibles riesgos.
En la última semana, en esta zona ya se han registrado dos episodios similares, y desde principios de mes el número de movimientos sísmicos reportados ha llegado a veintitrés. El terremoto de esta noche ha sido el más perceptible de los últimos seis meses, superando incluso al episodio de junio, cuando la magnitud fue de 3,2.




