
En España vuelve a ponerse en el centro del debate la figura de Juan Carlos I y su compleja relación con la historia del país. Las recientes revelaciones del ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero han arrojado luz sobre cómo el ex monarca percibió la Ley de Memoria aprobada en 2007. Esta ley marcó un antes y un después en la sociedad, pues condenó oficialmente el régimen de Franco e inició el proceso de reparación para las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura.
Según Zapatero, Juan Carlos I no ocultaba su incomodidad cuando salía el tema de esta nueva iniciativa. La razón era sencilla: fue precisamente Franco quien lo eligió en su día como sucesor, lo que marcó profundamente toda su vida y su reinado. En conversaciones privadas con el entonces presidente, el monarca dejó claro en varias ocasiones que se sentía incómodo al ver cómo ahora se interpretaba su pasado bajo otra perspectiva.
En sus recién publicadas memorias, Juan Carlos I dedica especial atención a su relación con el dictador. Describe a Franco como alguien que veía en él el futuro de España y que le tenía cierta simpatía. Estos recuerdos han generado reacciones divididas en la familia real, especialmente entre quienes buscan distanciarse del legado autoritario.
Zapatero, por su parte, opina que el actual monarca Felipe VI está transformando gradualmente la percepción de la institución de la monarquía en el país. Según él, la sucesión generacional hará que la sociedad española vea a la familia real de otra manera, y la heredera Leonor continuará con este proceso de renovación.





