
Septiembre en España no es solo un cambio de estación. Es un periodo especial en el que el aire aún guarda el calor del verano que se despide, pero el fresco de la mañana ya insiste en recordarnos el regreso a la rutina. Para muchos, esta etapa de transición se convierte en una verdadera fuente de estrés. La ligera melancolía por los días despreocupados de vacaciones se mezcla con la ansiedad ante los nuevos retos y responsabilidades. Se tiene la sensación de que la energía acumulada bajo el sol amable se desvanece con los primeros correos de trabajo.
Sin embargo, los especialistas en salud cognitiva invitan a contemplar esta situación desde otra perspectiva. Según ellos, el problema no radica tanto en el hecho de que termine el periodo vacacional, sino en nuestra actitud interna ante ello. Muchas veces comenzamos a dialogar con nosotros mismos de manera excesivamente estricta, reprochándonos la más mínima procrastinación o descenso en la productividad. Ese crítico interior es el principal ladrón de nuestra energía. Por eso, el inicio del otoño es el momento ideal para revisar nuestros pensamientos, reconectar con nosotros mismos y mostrarnos cuidado y comprensión ante nuestro propio estado.
En este contexto, la neurofitness, una especie de gimnasia para la mente, está ganando cada vez más popularidad. Catalina Hoffmann, una de las principales expertas españolas en entrenamiento cerebral, impulsa activamente esta idea. Afirma que nuestro cerebro, al igual que los músculos, necesita ejercicios regulares y variados para mantenerse flexible, ágil y capaz de adaptarse. Cuando lo sacamos de su zona de confort habitual y lo enfrentamos a desafíos poco convencionales, literalmente creamos nuevas rutas neuronales. Esto no solo mejora las funciones cognitivas, como la memoria y la atención, sino que también ayuda a manejar la tensión emocional.
Uno de los métodos más efectivos propuestos dentro de este enfoque son los ejercicios de concentración. No requieren mucho tiempo ni equipamiento especial. Por ejemplo, se puede intentar lo siguiente: elija cualquier objeto en la habitación y durante tres a cinco minutos concentre toda su atención en él. Observe su color, forma, textura y pequeños detalles, procurando no distraerse con otros pensamientos. Si la mente comienza a divagar, vuelva suavemente y sin juzgar al objeto elegido. Esta sencilla práctica, realizada a diario, puede generar resultados sorprendentes. Ayuda a gestionar la atención, reduce la ansiedad de fondo y proporciona una sensación de control sobre el propio estado mental.
Así, septiembre de 2025 puede convertirse no en una época de melancolía y apatía, sino en el punto de partida de un fascinante viaje hacia el interior de uno mismo. En lugar de sumergirse por completo en la rutina, conviene dedicar algo de tiempo al principal activo: el cerebro. Un enfoque consciente hacia el mundo interior y un entrenamiento mental regular no solo ayudarán a adaptarse suavemente a la nueva temporada, sino también a descubrir recursos inesperados para un trabajo productivo y una vida plena y vibrante.





