
En España ha comenzado un proyecto singular que podría cambiar la percepción de las lenguas regionales en el ámbito digital. Jóvenes autores de diferentes rincones del país han decidido no solo expresarse en sus lenguas maternas, sino también impulsarlas activamente en internet. El Consejo de Ministros les ha brindado su apoyo al anunciar la creación de nuevas estructuras dedicadas a cuestiones de diversidad lingüística.
Cristian Llorens, exprofesor, notó que sus alumnos, en plataformas como Instagram o TikTok, sentían vergüenza de usar el valenciano. Les parecía que no era moderno y preferían cambiar al castellano. Lucía García Batanero, originaria de Madrid, comenzó a aprender euskera por amor, aunque su entorno lo veía con extrañeza. María Rúa Rodríguez, de Galicia, sentía en su etapa escolar que el gallego no la hacía ‘guay’ entre sus compañeros. Estas vivencias personales los impulsaron a crear contenido en sus idiomas de origen, para demostrar que ser uno mismo no es motivo de vergüenza.
En el Día Europeo de las Lenguas, en el Congreso de los Diputados, el ministro de Política Territorial y Memoria Histórica, Ángel Víctor Torres, anunció el lanzamiento del Consejo y la Oficina de Lenguas Oficiales. Estos nuevos organismos servirán como espacio para debatir y supervisar la situación de los idiomas, además de facilitar su incorporación en los procesos estatales. Los planes incluyen permitir que los ciudadanos de las regiones puedan emplear sus lenguas en las gestiones con la administración si en la autonomía existen más de una lengua oficial reconocida.
Al Consejo se incorporarán representantes de las autonomías con dos lenguas oficiales, así como instituciones como el Instituto Cervantes y la Dirección de Inteligencia Artificial. Esto permitirá no solo preservar los idiomas, sino también integrarlos en las tecnologías modernas. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, subrayó que la era digital implica una amenaza de desaparición para muchas lenguas y que no se puede ignorar este hecho.
María Rua Rodríguez, quien comenzó a compartir vídeos en gallego durante la pandemia, reconoce que ya está acostumbrada a enfrentar agresiones lingüísticas, pero se alegra cuando alguien muestra interés por su cultura. Cristian Llorens está convencido de que crear contenido en lenguas “minoritarias” abre nuevas oportunidades. Según él, las marcas también han empezado a notar que estos idiomas pueden tener atractivo comercial, aunque para él eso no es lo más importante.
Llorens, que recientemente dejó la escuela para dedicarse al mundo de los blogs, señala que en las regiones no bilingües aún persisten muchos prejuicios. A veces le escriben acusándolo de usar el valenciano a propósito para molestar a alguien. Él responde con ironía que no planea provocar a los habitantes de Madrid desde su casa. En su opinión, falta una asignatura en las escuelas para dar a conocer las lenguas de España; esto ayudaría a romper estereotipos.
Lucía García Batanero, quien comenzó a compartir su experiencia aprendiendo euskera, quiere demostrar que es posible dominar un idioma difícil, incluso si el camino no siempre es fácil. En uno de sus videos no logró pronunciar correctamente una palabra, lo que provocó sonrisas entre los espectadores, pero para ella es importante compartir también los fracasos para motivar a otros a no rendirse.





